Un ángel en el puerto de Callao.
Don Antonio trabaja como pescador en el puerto del callao desde que tenia 14 años,él, su fiel anzuelo,una madeja de nailon verde que abraza con fuerza un pedazo de madera vieja. A su edad y con 65 años de experiencia sabe en que lugares se reúnen esas grandes cantidades de peces que puede usar para venta o sustento familiar.
El invierno es frió, aún mas en lima , mis pulmones ya no soportaban el aire pesado que traía la gran presión que causa el crecer y decidir con prontitud, en ese momento de mi vida solo quería huir de la rutina, de los gritos y discusiones,sin pensarlo 3 veces decidí embarcarme a la que hasta hoy llamo una aventura que en vez de llevarme a divagar junto con las olas del mar, me hizo analizar mi situación y que gracias a la ayuda de aquel señor continuo,desde esa fecha ya han pasado 4 años.
Recorrer la playa en invierno provoca nostalgia y temor, las olas del mar intentan alejar a quien quiera desafiar su fuerza,caminando sin lugar seguro llegue al puerto,observando el mar me ahondaba mas en él..,muchas miradas caían sobre mi,especialmente de trabajadores que se encontraban laborando allí, quizá mi presencia les incomodaba con recelo me intentaba acercar mas , habían muchos pescadores pero uno de ellos me llamaba la atención , un señor de apariencia humilde,con el cabello blanco por el paso del tiempo, ligeramente encorvado, el primero quien me dirigió la palabra,pregunto porque me encontraba por aquí tan temprano "no es normal ver visitantes en esta época del año"dijo con voz suave, había algo especial en aquel hombre , me acerque y le conteste ,solo le dije que venia a hacer una tarea -no podía decirle la verdad- el se limito a no contestarme, quiza sospechaba de mi presencia por esos lares.
Se presento y pregunto mi nombre,extrañamente sentí en aquel instante que conocía a aquel señor, hablamos de pesca ,él me pregunto que estudiaba o que pensaba estudiar,yo no sabia aun que responder, el deslizo una leve sonrisa.
Después de aquella pausa Don Antonio empezó a relatarme una historia: Alguna vez tuve una hija ...ella estudiaba medicina ,estaba por culminar su carrera gracias a su esfuerzo y lo poco que yo ganaba pescando,un día nos reunió a mi y a mi esposa Lucia,yo me preguntaba cual era el motivo de aquella apresurada reunión,nos dijo que se mudaría de la casa ni bien termine su carrera,yo con el rostro desencajado no entendía el porque de su decisión y aunque me encontraba decepcionado por dentro no podía armar ningún escándalo,quizá fue por mi falta de carácter ... la deje ir.
Pasaron 3 años sin que mi hija se comunicara con nosotros, por personas ajenas me entere que ella ya no estaba en Lima,que se había casado, fui en busca de ella, cuando llegue a la puerta de la casa donde vivía,ella me recibió, me pregunto que hacia en su casa , simplemente le dije que venia a visitarla , que estaba preocupado por ella , ella no lo tomo bien , me dijo yo no era nadie para reprocharle las visitas , que era un simple viejo pescador y analfabeto,que malograba la fachada de su casa,yo no le dije nada , me retire,al voltear la esquina recién comprendí que ella siempre estaba avergonzada de mi y de su madre,quizá si yo hubiera estudiado no habría hecho que mi hija se avergonzara,pero las posibilidades no son iguales para todos, te das cuenta que una persona como yo: analfabeta e ignorante, solo se puede limitar a la pesca o a trabajos menores?,si no hay pesca no hay para comer,no hagas como yo ... es el único consejo que te puedo dar.

El atardecer traía consigo una pena muy grande, aún
puedo recordar sus ojos al contarme aquella historia,sentía un nudo en la garganta,mis ojos se humedecían, intentaba hacerme la fuerte.
Don Antonio había pescado 15 peces,10 de ellos serian para la venta y 5 para que el y su esposa cenaran,ambos nos paramos sin palabra alguna, caminamos hacia el paradero, me señalo por donde vivía y dijo : Niña cuídate mucho , estudia espero que todo te vaya bien ... me extendió la mano y con un apretón se despidió de mi,enseguida subí al carro,mientras lo veía agitar su mano al despedirse,y alejarse a paso lento con una mochila negra en la espalda y una canasta donde llevaba la pesca del día.Mientras pensaba y recordaba mi estancia en
el puerto una lagrima recorría mi mejilla,quizá fue porque dentro de mi sabia que no volvería a ver a aquel señor,por primera vez me sentí impotente...
Existen ángeles que toman la apariencia de seres humanos y que cuando menos lo pensamos aparecen de la nada , quizá una noche en la fría Lima aparezca una persona que sin conocerte te aconseje o que te haga compañía ....
El auto pasaba por el Real Felipe poco a poco se alejaba la inmensa figura del mar,del puerto y de un ángel llamado Don Antonio.
Capricornio
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