Necesito más de ti

Aún escucho sus pasos acercándose a mi escritorio, aún veo su dulce sonrisa, aún espero la corrección de mi mala pronunciación del portugués.

Por las pequeñas cosas que odias, y por las grandes cosas que siempre odiaré en mi, por cada lágrima que ambos dejamos caer, por tu salomónica forma de actuar y por mi sendero siempre perdido.

El color de la noche cambió, la velada se tornó un laberinto de recuerdos, un conglomerado de emociones,  y con aquel recuerdo, la frase que enmarcaba el momento: Necesito más de ti.

Necesito tu sonrisa, tus suaves caricias, tu tierna y triste mirada, tu voz susurrando a mi terco sentido, tus canciones, tu dulzura, tu calor, tu perfume.

Necesito más de ti, tus bromas, tus bailes, las ondas de tu suave cabello acariciando mi rostro, tus finos y ensangrentados labios presionando contra los míos.

Si niña de ojos tristes, necesito de ti, necesito tu luz, tu pureza, tu desenfrenada forma de amar, tus ganas de descubrir el mundo a través de éste fiel sirviente, necesito de ti.

Ámame una vez más, ámame ignorante, ámame inocente, ámame sin razón que necesito más de ti.

Mentiré si te digo sin prisa que ésta será la última vez, mentiré si te digo que te dejaré ir, no lo haré, no te dejaré, porque eres mía desde el nacimiento de aquella mujer que enloquece mis sentidos y destroza mi razón, porque fui testigo de tu amanecer,  de tus 21 razones de ser, porque fui el que silenció tus placeres, porque fui yo el que empañó tus labios de sangre y vino.

Por infinitamente más, porque nunca me podrás olvidar, por las mil noches que despertaste recostada en mi pecho, por los boleros fervientes, por tu melodiosa voz alejando mis fantasmas, porque te amo, necesito más de ti.

Vasco de Quimera.