Hoy quiero...

Quiero recordar en esta noche de lluvia sus labios acariciando los míos, quiero recordar sus manos recorriendo mis riscos, sus dedos hundiéndose en mí, quiero recordarlo rezándole a mi piel, deslizándose en mi espalda.

Sus manos entrelazadas con las mías, respirándome, absorbiéndome en su cuarto, en su cama, en el cuarto de visitas, en la escalera, en el pasillo, en la ducha, en el mueble de su sala, en su cocina, en mi balcón, en el pasillo, en el cuarto pequeño y sombrío, susurrando te amos entrecortados por falta de aliento. Sometiéndome, entre risas, entre llanto, entre miedo y furioso.

Quiero verlo llorar una vez más, quiero ver esa primera gota que recorre su frente, quiero desordenar su cama un par de veces, presionar mis manos contra su pared, hacer que cruja su cómoda, que voltee la imagen de su dios por mí, que tiemble y que su piel se contraiga. Quitarle el aro con los dientes, arrancarle los pendientes con la lengua, tan suave que no los sienta, que susurre mi nombre y un te amo por última vez.

No dejarlo descansar era mi juego predilecto, hacerlo renegar, mi pasatiempo favorito, luego dominarlo otra vez. Quieras o no te tengo en mis manos, en la mirada, te tengo prendido en la mente y atravesándome el corazón, te tengo de huésped en la memoria y sé que ocupo una habitación en la tuya. Pero no es suficiente.